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Explorar aquellas canciones de una etapa en la que mi atención estaba dedicada principalmente a mis estudios y a mi trabajo en el Perú, justo antes de emigrar, es una experiencia compleja. En ese periodo, el tiempo para la composición y la grabación era limitado, pues estaba completamente inmerso en mi desarrollo. Sin embargo, en esos breves momentos de inspiración, logré capturar una pieza original que reflejaba mi búsqueda personal de paz y equilibrio, valores que consideraba esenciales en la vida. Aunque muchas de mis grabaciones de entonces eran covers de otros artistas, esta canción titulada **"Atardecer"** fue una de mis últimas composiciones de esa época. En cada nota y en cada palabra, intentaba reflejar un propósito más profundo, uno que trascendía la música misma. Fue una expresión de lo que significa buscar propósito y claridad en medio de los cambios y las responsabilidades.

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Durante mis años universitarios, entre 2003 y 2007, mis grabaciones musicales tomaron un enfoque más experimental y creativo, menos centrado en la tecnología y más en la exploración de sonidos y acordes. Aunque seguía usando los mismos recursos: mi guitarra eléctrica, el amplificador Peavey, la tarjeta de sonido Sound Blaster y el software Cool Edit, en esta etapa, lo que realmente me motivaba era descubrir nuevas formas de expresión musical y encontrar mi voz única como creador. Con estas herramientas relativamente básicas, fui construyendo un estilo propio, utilizando lo limitado de los recursos como una oportunidad para innovar dentro de mis posibilidades. Mis grabaciones de esa época reflejan una constante evolución en la forma en que me acercaba a la música: investigaba distintos matices, probaba combinaciones de acordes poco convencionales, y trataba de capturar emociones y experiencias en cada pieza que componía. En esta publicación, puedo explorar y revivir aquellas grabaciones de 2004, observando cómo cada pista fue un paso en mi viaje creativo. Son obras que, con el tiempo, me permitieron apreciar el valor de los pequeños detalles y la paciencia en el proceso creativo. Esta exploración musical me enseñó a buscar soluciones dentro de las limitaciones, algo que ha sido invaluable en mi formación. Aquí, comparto una muestra de esas grabaciones, que capturan esa etapa crucial de mi desarrollo personal y profesional.

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En 2001, después de algunos años explorando la música con un órgano electrónico y formando una banda de rock con amigos de infancia, decidí dar el salto hacia la grabación digital. A mis 16 años, con un poco de experiencia en composición y ejecución, quise grabar mis primeros temas usando un ordenador. Mi objetivo era claro: no solo utilizar instrumentos convencionales, sino también integrar todas las influencias y efectos que habían marcado mi evolución musical. Para ello, reuní los recursos disponibles. Contaba con una guitarra eléctrica y un amplificador Peavey conectado a través de una tarjeta de sonido Sound Blaster en el ordenador, que me permitió capturar el sonido del amplificador de manera directa. Utilicé además una batería acústica que un amigo había dejado en mi casa y mi teclado Casio, el mismo con el que había aprendido a tocar. Complementé todo esto con un micrófono de ordenador, y el software Cool Edit, una herramienta avanzada para la época que me permitió manipular el audio digitalmente. El salón de la casa de mis padres se transformó en un estudio de grabación improvisado. Tras algunas tomas y ajustes, afiné cada detalle, logrando un sonido que realmente me convenciera. El resultado fueron dos temas: **"En cada paso"** y **"Los latidos de mi corazón"**, mis primeras piezas producidas completamente de manera digital. Este proceso fue mucho más que un experimento musical; marcó mi primer paso hacia la tecnología como medio de creación, un hito clave en mi desarrollo y una base que inspiraría mi camino en las tecnologías de la información.

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